1. UNCASTILLO, Zaragoza. Igl. de Sta. Mª la Mayor.
2. UNCASTILLO, Zaragoza. Portada de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
3. UNCASTILLO, Zaragoza. Otra perspectiva de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
4. UNCASTILLO, Zaragoza. Detalle de la portada de la fotografía anterior.
5. UNCASTILLO, Zaragoza. Canecillos del ábside de la igl. de Sta. Mª la Mayor.
5. UNCASTILLO, Zaragoza. Igl. de San Martín.
6. UNCASTILLO, Zaragoza. Torre de la igl. de San Martín.
7. UNCASTILLO, Zaragoza. Torre del homenaje del Castillo.
8. UNCASTILLO, Zaragoza. Escultura de la igl. de San Felices.
9. UNCASTILLO, Zaragoza. Portada de la igl. de San Andrés.
10. UNCASTILLO, Zaragoza. Ayuntamiento.
UNCASTILLO* (I), provincia de Zaragoza: 24 de junio de 2009.
Olvidada por el renombre de otras poblaciones de las Cinco Villas, como Ejea de los Caballeros o Sos del Rey Católico, esta población, algo apartada de la ruta que vertebra el resto de los núcleos importantes de la comarca, cobija y reserva notables sorpresas agradables al viajero que la visita por primera vez. Declarada conjunto histórico-artístico en 1966, esta villa merece, sin duda, figurar en las páginas de honor de la historia del arte medieval aragonés.
Llegamos a la villa por el camino más habitual -es decir, por Sádaba, de la que dista 15 km-, el viajero, nada más cruzar el río local, el Riguel, se encuentra frente a uno de los monumentos mayores de la villa: la colegiata de Santa María*. Comenzada en el primer tercio del XII, fue consagrada en 1155 y erigida según los cánones románicos de la época: de una sola nave, ábside semicircular y cubiertas de cañón. Los elementos más interesantes y peculiares del templo giran en torno a los magníficos capiteles del interior del ábside y de la nave, a su hermosa portada con arquivoltas primorosamente talladas, al claustro gótico-renacentista (construido en 1556) y a su peculiar torre-fortaleza, muy parecida a la del Salvador de Ejea de los Caballeros.
Otro de los edificios de la obligada visita es la iglesia de San Martín*, casco adentro de la villa, templo consagrado en 1179 y que, aunque fue reformado en el siglo XVI, conserva importantes elementos de su primitiva fábrica románica, tales como la portada y el ábside (que en su interior está decorado por un excelente conjunto de esculturas gemelas estatuas-columnas que representan a los apóstoles). El resto del templo corresponde al momento del gótico tardío, estilo que alcanza su mejor expresión en interesantes elementos como la curiosa torre-fortaleza o algunos retablos del interior.
No concluye allí, sin embargo el catálogo de los monumentos románicos locales: la iglesia de San Juan* -con notables pinturas murales de la segunda mitad del siglo XIII- y la iglesia de San Felices* (con importantes esculturas en sus portadas) son asimismo de aconsejable visita.
Lo que aún queda en pie de su afamado castillo* (ubicado en la llamada Peña de Ayllón, en la parte cimera del casco antiguo), la iglesia de San Andrés (situada en la calle Mediavilla, con interesantes pinturas murales del siglo XVI) y el edificio renacentista del Ayuntamiento (concluido en 1568), así como numerosas casas del casco antiguo (entre ellas, la denominada La Lonjeta, en las cercanías de la iglesia de San Martín), ponen punto siguiente a un bellisimo y mal conocido conjunto medieval que, sin duda, merece la pena conocer detenidamente.
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