11. PEDRAZA, Segovia. Vista de la población.
12. PEDRAZA, Segovia. Puerta de la Villa desde el exterior.
13. PEDRAZA, Segovia. La puerta de la Villa desde el interior.
14. PEDRAZA, Segovia. La puerta de la Villa con el edificio de la antigua Cárcel, desde la calle Matadero.
15. PEDRAZA, Segovia. Fachada y balcón esquinero de la llamada casa de Pilatos.
16. PEDRAZA, Segovia. La plaza Mayor preparada para las corridas de toros y al fondo la igl. de San Juan Bautista.
17. PEDRAZA, Segovia. Otra vista de la Plaza Mayor.
18. PEDRAZA, Segovia. Otra zona de la Plaza Mayor.
19. PEDRAZA, Segovia. El Ayto. y la torre de la igl. de San Juan Bautista en la Plaza Mayor.
20. PEDRAZA, Segovia. Galería porticada de uno de los flancos de la Plaza Mayor.
21. PEDRAZA, Segovia. Zona trasera del Ayto.
22. PEDRAZA, Segovia. Ruinas de la igl. de Sta. Mª.
23. PEDRAZA, Segovia. Castillo.
12. PEDRAZA, Segovia. Puerta de la Villa desde el exterior.
13. PEDRAZA, Segovia. La puerta de la Villa desde el interior.
14. PEDRAZA, Segovia. La puerta de la Villa con el edificio de la antigua Cárcel, desde la calle Matadero.
15. PEDRAZA, Segovia. Fachada y balcón esquinero de la llamada casa de Pilatos.
16. PEDRAZA, Segovia. La plaza Mayor preparada para las corridas de toros y al fondo la igl. de San Juan Bautista.
17. PEDRAZA, Segovia. Otra vista de la Plaza Mayor.
18. PEDRAZA, Segovia. Otra zona de la Plaza Mayor.
19. PEDRAZA, Segovia. El Ayto. y la torre de la igl. de San Juan Bautista en la Plaza Mayor.
20. PEDRAZA, Segovia. Galería porticada de uno de los flancos de la Plaza Mayor.
21. PEDRAZA, Segovia. Zona trasera del Ayto.
22. PEDRAZA, Segovia. Ruinas de la igl. de Sta. Mª.
23. PEDRAZA, Segovia. Castillo.
PEDRAZA* (II), provincia de Segovia: 4 de septiembre de 2009.
Pedraza aparece ante los ojos del viajero como una plaza que para hacerse fuerte sólo ha tenido que fortificar las pendientes de su entorno y alzar una fortaleza en la parte más abrupta. Frente a la única entrada abierta en la muralla, la puerta de la Villa, formada por un hermoso arco de origen morisco con el escudo de los Fernández de Velasco y una hornacina interior que cobija un Crucifijo, arranca la Calle Real.
Junto al arco se encuentra el edificio de la antigua Cárcel, con gruesos muros y fuertes rejas bajo el singular alero. Tras su restauración, existe el proyecto de transformar en museo sus siniestras dependencias.
Avanzando entre buenas muestras de arquitectura popular, con esgrafiados en los muros, alguna arquería en los vanos, encantadores aleros y profusión de escudos, y sin que falten verdaderas mansiones, como la llamada casa de Pilatos, construcción del siglo XVI provista de balcón esquinero y portada con arco de medio punto, se alcanza la Plaza Mayor**. Es realmente un espacio de insólita y anárquica belleza en cuya construcción se han empleado, a lo largo de los siglos, materiales y elementos de diversa procedencia y factura, como las columnas y pilares que sostienen los pórticos de dos de sus lados. Bajo ellos abren sus puertas, aparte de una antigua farmacia, algunos de los más tradicionales hornos de asar y tabernas de la villa.
Cada rincón de la plaza tiene su propia peculiaridad, pero el conjunto resulta de una armonía asombrosa. Tres airosas arcadas componen en un lateral el pórtico del edificio del Ayuntamiento, coronado por un reloj con gracioso campanil y cuyo salón de actos suele utilizarse como sala de exposiciones. Al lado corre la balconada de la Casa de la Comunidad de Villa y Tierra.
Sobre el flanco contiguo se encuentra la iglesia de San Juan Bautista, de origen románico (siglo XII), aunque casi tan sólo la torre calada por ventanales geminados en sus tramos superiores corresponde a esa época y estilo, ya que fue por completo trastocada en el siglo XVIII. Bajo la torre, el llamado Balcón Verde es un extraño aditivo que un noble de la villa se tomó la licencia de construir para poder asistir a las corridas de toros.
Desde la plaza, al otro lado del munón del olmo centenario arrasado por la grafiosis, arranca la Calle Mayor. Tras dejar atrás la que al parecer fue casa de la Inquisición, ahora convertida en acogedora posada, y las ruinas de la iglesia de Santa María, en tiempos la más importante de la villa, se llega al castillo, alzado ante una vasta explanada sobre el escarpado barranco y precedido de un foso excavado en la roca.
Fue construido en el siglo XIII y rehecho en el XV. Los Velasco volvieron a reedificarlo en el siglo XVI, época de la que, al parecer, procede la portada ojival, flanqueada por dos cubos o garitones, con escudo de los Condestables de Castilla en el centro y adusta puerta de álamo negro tachonada de clavos. Estaba casi completamente arruinado cuando el pintor Ignacio Zuolaga lo compró, en el año 1927, y acondicionó la torre del homenaje para instalar su estudio y vivienda.
Pueden visitarse los patios interiores y el museo con obras y recuerdos del pintor.
Enlace a la Entrada anterior de Pedraza*:
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