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jueves, 21 de mayo de 2020

2986. BARCELONA** (XXVI), capital: 2 de marzo de 2019.

388. BARCELONA, capital. Ante la Casa Batlló (la fachada en restauración).
389. BARCELONA, capital. Ante la chimenea del salón principal de la Casa Batlló.
390. BARCELONA, capital. Vista del Salón principal de la Casa Batlló.
391. BARCELONA, capital. Pomo de una de las puertas de la Casa Batlló.
392. BARCELONA, capital. Otro de los rincones de la Casa Batlló.
393. BARCELONA, capital. Puerta de acceso al balcón principal de la Casa Batlló.
394. BARCELONA, capital. Techo de uno de los salones de la Casa Batlló.
395. BARCELONA, capital. Vista del patio interior de la Casa Batlló.
396. BARCELONA, capital. La escalera de la  Casa Batlló.
397. BARCELONA, capital. Decoración cerámica del patio trasero de la Casa Batlló.
398. BARCELONA, capital. Distinto mobiliario de la Casa Batlló.
399. BARCELONA, capital. Otra imagen del patio interior de la Casa Batlló.
400. BARCELONA, capital. La barandilla de otra de las escaleras de la Casa Batlló.
401. BARCELONA, capital. Tirador de una puerta de la Casa Batlló.
402. BARCELONA, capital. Ante una de las puertas de la Casa Batlló.
403. BARCELONA, capital. Pasillo del desván de la Casa Batlló.
404. BARCELONA, capital. En la azotea, ante las chimeneas de la Casa Batlló.
405. BARCELONA, capital. Las Chimeneas de la Casa Batlló.
406. BARCELONA, capital. En el patio interior de la Casa Batlló.
BARCELONA** (XXVI), capital de la provincia y de la comunidad: 2 de marzo de 2019.
Casa Batlló** (número 43). La competencia estética entre estos edificios de la Manzana de la Discordia llega a su punto culminante con la entrada en escena de Antoni Gaudí, que entre 1904 y 1906 dirigió la reforma de esta vivienda. Sobre una edificación anterior de 1875, Gaudí propuso una transformación que afectó tanto a la fachada como a la estructura interior, además de incorporar una quinta planta. Ésta es precisamente una de las diferencias de Gaudí con sus contemporáneos: no se centró exclusivamente en la fachada, sino que diseñó todos los detalles exteriores e interiores, incluido el mobiliario, mostrándose como un "artista total", en consonancia con el arte total que pregonaba el movimiento modernista.
   La otra gran aportación de Gaudí en esta obra radica en que, al contrario que en las edificaciones vecinas de la manzana, aparca por completo el historicismo imperante (que él mismo había llevado hasta las últimas consecuencias en los planos de la Sagrada Familia) para crear unos diseños que son imposibles de encuadrar en cualquier marco estético porque son únicos, personalísimos e irrepetibles. Efectivamente, la Casa Batlló muestra plenamente esas líneas tan inequívocamente gaudinianas: sucesión de volúmenes conseguidos con trazos curvos y sinuosos que otorgan dinamismo y voluptuosidad y combaten las cualidades estáticas y rígidas inherentes a la piedra y a los edificios. Los elementos ornamentales, tan característicos del modernismo, como la policromía de los estucos, las cerámicas, los mosaicos, la escultura y la rejería de los balcones, también contribuyen a acentuar la sensación de dinamismo. Quizás la cubierta que asoma al Passeig de Gràcia, con su vistoso escamado de azulejos y su trazado ondulado, es el mejor ejemplo de esta contribución de lo ornamental a la viveza del edificio. Para muchos, ese perfil de la cubierta evoca el lomo del dragón atravesado por la espada de San Jorge, representada por la torre circular con cubierta bulbiforme que remata la cruz de una empuñadura. Detrás de esa cubierta, sobre el tejado, se elevan unas chimeneas de peculiar diseño.
   De la fachada cabe destacar un par de elementos muy singulares del universo gaudiniano: los balcones de forja con semblanza de antifaz y las graciosas columnillas de las aberturas, que aparentan los finos huesos del esqueleto del edificio. (Lamentablemente al estar el edificio en restauración durante la visita, no pudimos contemplar esa maravillosa fachada).
   En el interior destacan las dos claraboyas que Gaudí renovó completamente para otorgar más luz al edificio, con un enlosado cerámico que disminuye de azul oscuro a casi blanco para repartir homogéneamente la luz desde la parte alta de la casa a los bajos.
   El edificio está catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Textos de:
Xavier Martínez i Edo, Barcelona, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2009.
José Angel Cilleruelo y Xavier Martínez i Edo, Cataluña, Guía Total. Ed. Anaya Touring. Madrid, 2006.

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2984. BARCELONA** (XXV), capital: 2 de marzo de 2019.

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