12. ZARAGOZA, capital. Fachada de la igl. de Sta. Engracia.
13. ZARAGOZA, capital. Vista exterior del palacio de la Aljafería.
14. ZARAGOZA, capital. Entrada principal al palacio de la Aljafería.
15. ZARAGOZA, capital. Patio de la Igl. en el palacio de la Aljafería.
16. ZARAGOZA, capital. Portada de la igl. de San Martín en el palacio de la Aljafería.
17. ZARAGOZA, capital. Patio de Sta. Isabel del palacio de la Aljafería.
18. ZARAGOZA, capital. Uno de los pórticos del patio de Sta. Isabel del palacio de la Aljafería.
19. ZARAGOZA, capital. Musallah con el vano del mihrab del palacio de la Aljafería.
20. ZARAGOZA, capital. El otro pórtico del patio de Sta. Isabel del palacio de la Aljafería.
21. ZARAGOZA, capital. Patio de armas del palacio de la Aljafería.
22. ZARAGOZA, capital. Acceso al palacio de los Reyes Católicos en el palacio de la Aljafería.
23. ZARAGOZA, capital. Techumbre de la escalera de acceso al palacio de los Reyes Católicos en el palacio de la Aljafería.
13. ZARAGOZA, capital. Vista exterior del palacio de la Aljafería.
14. ZARAGOZA, capital. Entrada principal al palacio de la Aljafería.
15. ZARAGOZA, capital. Patio de la Igl. en el palacio de la Aljafería.
16. ZARAGOZA, capital. Portada de la igl. de San Martín en el palacio de la Aljafería.
17. ZARAGOZA, capital. Patio de Sta. Isabel del palacio de la Aljafería.
18. ZARAGOZA, capital. Uno de los pórticos del patio de Sta. Isabel del palacio de la Aljafería.
19. ZARAGOZA, capital. Musallah con el vano del mihrab del palacio de la Aljafería.
20. ZARAGOZA, capital. El otro pórtico del patio de Sta. Isabel del palacio de la Aljafería.
21. ZARAGOZA, capital. Patio de armas del palacio de la Aljafería.
22. ZARAGOZA, capital. Acceso al palacio de los Reyes Católicos en el palacio de la Aljafería.
23. ZARAGOZA, capital. Techumbre de la escalera de acceso al palacio de los Reyes Católicos en el palacio de la Aljafería.
ZARAGOZA* (II), capital de la provincia y de la comunidad: 27 de junio de 2009.
Edificios renacentistas, barrocos y neoclásicos
Al margen de la ya comentada Lonja de la ciudad, Zaragoza, pese a la masiva destrucción monumental sufrida durante los sitios, conserva aún numerosas muestras artísticas, tanto religiosas como civiles, de los siglos XVI al XVIII.
Dentro del legado renacentista destaca la magnífica fachada de la iglesia de Santa Engracia, en la plaza de Santa Engracia, junto al paseo de la Independencia y en cuya cripta se custodian dos interesantes sarcófagos* cristianorromanos del año 340.
La arquitectura civil ofrece también bellos exponentes del renacimiento aragonés en palacios como el de los Condes de Morata (actual Audiencia, en el Coso), la Casa de los Morlanes, en la calle de San Jorge, el palacio de los Pardo, en la calle Espoz y Mina, hoy sede del Museo Camón Aznar, la Casa de la Maestranza, en la calle Dormer, etc. y, sobre todo, en el magnífico patio de la Infanta*, actualmente reconstruido en el interior de la sede central de Ibercaja en la plaza del Paraíso.
De la época barroca se conservan algunos interesantes edificios religiosos, como la iglesia de San Carlos (calle de San Jorge), la iglesia de la Mantería, en la plazuela de San Roque, la iglesia de San Ildefonso (en la avenida de César Augusto), etc.
Finalmente, el neoclásico está también dignamente representado en edificios como la iglesia de la Santa Cruz, en la calle Espoz y Mina, o la iglesia de San Fernando de Torrero (paseo de Cuéllar).
La huella del Islam: la Aljafería
Nada haría suponer al visitante neófito que en la capital del Ebro pudiera existir una significativa y singular muestra del arte islámico. Pues nada más lejos de la realidad. Muy cerca de la zona conocida como El Portillo, en el arranque mismo de la avenida de Madrid, se alza, a mano derecha, el bellísimo palacio de la Aljafería*, sede actual del legislativo aragonés, las Cortes de Aragón. Visto desde el exterior, una incompleta y no muy afortunada reforma de siglos precedentes le concede una apariencia que en casi nada hace creer que se está ante el más importante palacio musulmán de occidente del siglo XI.
Fue construido como quinta de recreo por el gobernador de la taifa de Zaragoza Abu Jafar Ahmed Almoctabir Bilá entre los años 1047 y 1081 y de su nombre, Jafar, proviene el del palacio, Aljafería.
Rodeado de fosos, el palacio presenta su entrada principal a oriente, alojada entre dos cubos de murallas y en arco de herradura. El primer recinto al que se accede es el llamado patio de la Iglesia, dada su contigüidad a la iglesia de San Martín, obra mudéjar del siglo XIV. Desde él se pasa al patio de Santa Isabel*, núcleo esencial del antiguo palacio musulmán, cerrado en las alas norte y sur con pórticos en los que se ha reproducido la decoración islámica primitiva.
En la parte norte -es decir, entrando a mano derecha- se halla la estancia más antigua e interesante de lo hasta hoy conservado: la musallah* u oratorio privado de los gobernadores musulmanes, que tiene reducidas proporciones, planta cuadrada y sección octogonal en altura, con el vano del mihrab en arco de herradura y bellos capiteles de alabastro, así como una profusa y bellísima decoración.
En la parte más occidental de lo hasta hoy restaurado, se abre una gran escalera por la que se accede al llamado palacio de los Reyes Católicos*, en el que destaca el salón del trono, con una excelente techumbre policromada de estilo mudéjar.
Fue construido como quinta de recreo por el gobernador de la taifa de Zaragoza Abu Jafar Ahmed Almoctabir Bilá entre los años 1047 y 1081 y de su nombre, Jafar, proviene el del palacio, Aljafería.
Rodeado de fosos, el palacio presenta su entrada principal a oriente, alojada entre dos cubos de murallas y en arco de herradura. El primer recinto al que se accede es el llamado patio de la Iglesia, dada su contigüidad a la iglesia de San Martín, obra mudéjar del siglo XIV. Desde él se pasa al patio de Santa Isabel*, núcleo esencial del antiguo palacio musulmán, cerrado en las alas norte y sur con pórticos en los que se ha reproducido la decoración islámica primitiva.
En la parte norte -es decir, entrando a mano derecha- se halla la estancia más antigua e interesante de lo hasta hoy conservado: la musallah* u oratorio privado de los gobernadores musulmanes, que tiene reducidas proporciones, planta cuadrada y sección octogonal en altura, con el vano del mihrab en arco de herradura y bellos capiteles de alabastro, así como una profusa y bellísima decoración.
En la parte más occidental de lo hasta hoy restaurado, se abre una gran escalera por la que se accede al llamado palacio de los Reyes Católicos*, en el que destaca el salón del trono, con una excelente techumbre policromada de estilo mudéjar.
Enlace a la Entrada anterior de Zaragoza*:
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