1070. ALFARO (I), La Rioja: 6 de agosto de 2010.

1. ALFARO, La Rioja. Acceso a la plaza de España, con la igl. de San Miguel al fondo.

2. ALFARO, La Rioja. Fachada de la igl. de San Miguel.

3. ALFARO, La Rioja. Fachada de la igl. de San Francisco.

4. ALFARO, La Rioja. Exterior de la plaza de toros.

5. ALFARO, La Rioja. Interior de la plaza de toros.

6. ALFARO, La Rioja. Río Alhama y Ninfeo.

7. ALFARO, La Rioja. Ninfeo.

ALFARO (I), provincia de La Rioja: 6 de agosto de 2010.

   Este destacado municipio, el más oriental de La Rioja y uno de los más extensos de España, con casi 200 km2, ocupa un enclave estratégico entre Navarra, Aragón y Castilla.

   El recorrido por las calles de Alfaro, en cuya articulación urbana aún es posible diferenciar los diversos asentamientos que fueron configurando la ciudad, pone enseguida ante los ojos del viajero una peculiaridad constructiva: el empleo predominante del ladrillo tanto en los edificios religiosos como en diversos palacetes y casonas que, por lo general, aguantan mal el paso del tiempo.

   La repoblación medieval de la villa con comunidades procedentes del sur andalusí y la influencia de Aragón explican la indudable inspiración mudéjar de la arquitectura alfareña, aún bien visible pese a las muy numerosas alteraciones posteriores.

   La espaciosa plaza de España, con soportales, sobre los que se alza el Ayuntamiento, sencilla construcción neoclásica (siglo XIX) con fachada rematada en frontón triangular, está presidida por la iglesia de San Miguel*, de los siglos XVI y XVII. Este templo, verdaderamente monumental, levanta sobre base de piedra su hermosa fachada* clasicista de ladrillo, con triple puerta, una elegante galería superior de nueve arcadas y dos torres laterales coronadas por chapiteles. Llama la atención la cantidad de cigüeñas que suelen instalar sus nidos en los tejados del edificio. En su interior, de tres naves, predomina la decoración barroca, presente tanto en la imaginería del retablo mayor, donde destaca una imagen del santo titular atribuida a Gregorio Fernández, como en la sillería del coro, recinto cerrado por una buena reja plateresca. En los laterales se suceden diversas capillas, entre las que sobresale la d los Araciel, que acoge una hermosa escultura de la Dolorosa.
   Al norte de la plaza de España queda la iglesia de San Francisco, construcción clasicista del siglo XVII perteneciente a un convento franciscano del que apenas se conserva un ala. Es una obra a base de ladrillo con algunos sillares de refuerzo que contribuyen a decorar la armoniosa fachada, flanqueada por sendas torres, con triple puerta de acceso, imágenes de San Francisco y la Inmaculada en el tramo central y escudos laterales. El interior consta de tres naves, con crucero y cabecera rectangular, y reúne una interesante imaginería barroca, así como pinturas de la misma época.
  En la avenida del Burgo Viejo encontramos la plaza de toros, construida en 1925 y con capacidad para unos 6000 espectadores.
   Los restos más importantes de la época romana se hallan en la zona conocida como las eras de San Martín, donde también han aparecido huellas de un poblado celtíbero, y en las orillas del río Alhama, cerca de un establecimiento hotelero. Allí se han encontrado rastros de un ninfeo.