1. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Portería y palacio abacial.
2. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Fachada de la igl. del mon.
3. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Nave central de la igl. del mon.
4. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Capilla mayor de la igl. del mon.
5. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Claustro del mon.
6. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Una de las pandas del claustro del mon.
7. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Decoración del claustro del mon.
8. MONASTERIO DE LA OLIVA, Navarra. Interior de la sala capitular.
MONASTERIO DE LA OLIVA** (I), provincia de Navarra: 6 de agosto de 2010.
Regada por las aguas del río Aragón, esta villa agrícola cuenta en su término con el magnífico monasterio de la Oliva, importante foco de la espiritualidad cisterciense a la par que ejemplar predio donde se cultiva la viña con sabiduría secular.
A tan sólo dos kilómetros de la villa de Carcastillo se encuentra el conjunto monumental del monasterio de Santa María de la Oliva**. La sencilla portería, donde se conserva un portalón apuntado que integraba la antigua muralla del siglo XII, nos descubre un amplio patio o atrio, en uno de cuyos lados se asoma el nuevo palacio abacial, construido en dos plantas de piedra y ladrillo en el siglo XVI, aunque reformado en el XVIII.
Una formidable fachada nos recibe con sus múltiples arquivoltas enla portada (siglo XIII), cuyo tímpano tan sólo está decorado con un crismón con el Agnus Dei y dos rústicas figuraciones de la Virgen con el Niño y el Pantócrator.
La puerta está protegida por una cornisa volada sostenida por canes tallados con figuras humanas y monstruos, de ingenua imaginación que evoca el románico, lo mismo que las imágenes que decoran las metopas, que representan, aparte de motivos religiosos, temas tan originales como el hombre de la primavera o la rueda de la fortuna.
Por fin entramos en la iglesia de Santa María*, que es un soberbio ejemplo de la más auténtica arquitectura cisterciense. Construida entre los siglos XII y XIII, dispone su planta, de cruz latina, en tres naves, transepto, cabecera con capilla mayor semicircular y, a cada lado, dos capillas cuadradas de testero recto. La decoración es muy sencilla y se ciñe a la talla de capiteles, ménsulas y claves con motivos vegetales, animales, fantásticos y también cristianos. El retablo mayor manierista de los pintores flamencos Rolan de Mois y Pablo Schepers, que embellecía la capilla mayor, se encuentra en el convento de Recoletas de Tafalla.
Desde la misma iglesia tenemos acceso al bellísimo y equilibrado claustro* gótico, construido en los siglos XIV y XV para sustituir al antiguo románico. En uno de sus lados aparece la sala capitular, construcción que integraba el primitivo claustro del siglo XII y que supone un bello ejemplo de las obras protogóticas del monasterio.
En el lado norte quedan restos del antiguo refectorio y la cocina.
En lo que hoy es huerta del monasterio se encuentra la capilla de San Jesucristo, que se utilizó como lugar de culto mientras se construía el enorme templo abacial, cuyo ábside se aprecia desde aquí en toda su grandiosa dimensión.
A tan sólo dos kilómetros de la villa de Carcastillo se encuentra el conjunto monumental del monasterio de Santa María de la Oliva**. La sencilla portería, donde se conserva un portalón apuntado que integraba la antigua muralla del siglo XII, nos descubre un amplio patio o atrio, en uno de cuyos lados se asoma el nuevo palacio abacial, construido en dos plantas de piedra y ladrillo en el siglo XVI, aunque reformado en el XVIII.
Una formidable fachada nos recibe con sus múltiples arquivoltas enla portada (siglo XIII), cuyo tímpano tan sólo está decorado con un crismón con el Agnus Dei y dos rústicas figuraciones de la Virgen con el Niño y el Pantócrator.
La puerta está protegida por una cornisa volada sostenida por canes tallados con figuras humanas y monstruos, de ingenua imaginación que evoca el románico, lo mismo que las imágenes que decoran las metopas, que representan, aparte de motivos religiosos, temas tan originales como el hombre de la primavera o la rueda de la fortuna.
Por fin entramos en la iglesia de Santa María*, que es un soberbio ejemplo de la más auténtica arquitectura cisterciense. Construida entre los siglos XII y XIII, dispone su planta, de cruz latina, en tres naves, transepto, cabecera con capilla mayor semicircular y, a cada lado, dos capillas cuadradas de testero recto. La decoración es muy sencilla y se ciñe a la talla de capiteles, ménsulas y claves con motivos vegetales, animales, fantásticos y también cristianos. El retablo mayor manierista de los pintores flamencos Rolan de Mois y Pablo Schepers, que embellecía la capilla mayor, se encuentra en el convento de Recoletas de Tafalla.
Desde la misma iglesia tenemos acceso al bellísimo y equilibrado claustro* gótico, construido en los siglos XIV y XV para sustituir al antiguo románico. En uno de sus lados aparece la sala capitular, construcción que integraba el primitivo claustro del siglo XII y que supone un bello ejemplo de las obras protogóticas del monasterio.
En el lado norte quedan restos del antiguo refectorio y la cocina.
En lo que hoy es huerta del monasterio se encuentra la capilla de San Jesucristo, que se utilizó como lugar de culto mientras se construía el enorme templo abacial, cuyo ábside se aprecia desde aquí en toda su grandiosa dimensión.
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