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jueves, 29 de agosto de 2019

2720. CÁDIZ* (XLVI), capital: 7 de julio de 2018.

275. CÁDIZ, capital. Portada de la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
276. CÁDIZ, capital. Interior de la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
277. CÁDIZ, capital. Retablo de la antigua Hdad. de San Lázaro, hoy presidido por la Virgen del Carmen, en la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
278. CÁDIZ, capital. Retablo de San Miguel en la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
279. CÁDIZ, capital. Retablo del Cristo atado a la columna en la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
280. CÁDIZ, capital. Cristo atado a la columna en su retablo de la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
281. CÁDIZ, capital. El Crucificado de la Misericordia, en la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
282. CÁDIZ, capital. San Rafael en su retablo de la igl. del Hospital de San Juan de Dios.
283. CÁDIZ, capital. Una última imagen del interior de la igl. del Hospital de San Juan de  Dios.
CÁDIZ* (XLVI), capital de la provincia: 7 de julio de 2018.
Hospital de San Juan de Dios
   Es el hospital más antiguo de la ciudad. Está ubicado a extramuros del recinto medieval, adosado a la muralla, aprovechando un quiebro que ésta realiza. Desconocemos datos concretos sobres sus orígenes, pero parece ser que su fundación se debe a la iniciativa de la Hermandad de la Santa Caridad, que utilizó para su emplazamiento terrenos aledaños a la ermita de la Misericordia. Desde 1614 residieron en él oficialmente y se encargaron de su gestión, los hermanos de San Juan de Dios, después de un complicado proceso de peticiones y gestiones para conseguirlo, aunque ya desde finales del siglo XVI cuatro hermanos de esta orden se ocupaban de atender a los enfermos. Su primitiva fábrica sufrió los efectos del asalto anglo-holandés de 1596, si bien la destrucción no debió ser excesiva, pues la iglesia hizo la función de catedral durante la reconstrucción de aquella. Pocos años después, en 1619, la iglesia y algunas salas fueron reconstruidas siguiendo trazas de Alonso de Vandelvira y en los últimos años del siglo, coincidiendo con las fiestas de canonización de San Juan de Dios, se reconstruyó de nuevo. Hacia 1940 las dependencias hospitalarias sufrieron una importante remodelación, en el curso de la cual se alteró parte del aspecto original.
Dependencias hospitalarias. Se disponen en torno a un patio cuyas arcadas se sustentan mediante pilares ochavados de mármol. En una de las crujías altas se sitúa la capilla sacramental, pequeño oratorio realizado a mediados del siglo XVIII, cuya planta es rectangular, con cubierta de bóveda de cañón y cúpula semiesférica sobre pechinas en el presbiterio. Todo el ámbito de la capilla está profusamente decorado a base de rocallas de madera dorada, espejos y pinturas. El retablo, realizado en 1752, es del mismo estilo y está presidido por una imagen de la Virgen de la Asunción que, al igual que el resto de las imágenes que contiene la capilla, es de origen genovés.
   Tiene un excelente zócalo de azulejos holandeses fechado en 1775 y firmados por J.A. Almis de Rotterdam, que representa a miembros de distintas órdenes religiosas, enmarcados por grandes rocallas. En la escalera se conservan otros azulejos de origen holandés, con diversas escenas de países, también del siglo XVIII. Junto a la puerta de acceso al hospital se abre una pequeña capilla pública con la imagen de talla de San Rafael, barroca de origen genovés realizada a mediados del siglo XVIII.
Iglesia. La iglesia actual, levantada durante la reconstrucción llevada a cabo entre 1678 y 1688, presenta planta de cruz griega inscrita en un cuadrado. Sobre los cuatro ángulos del edificio se disponen unas tribunas abiertas a las naves mediante arcos de medio punto, que en los pies se extienden igualmente a la nave del crucero, mientras que las cubiertas son de bóvedas de aristas, con cúpula semiesférica sobre pechinas en el crucero. El exterior está sustancialmente reformado a comienzos del siglo XIX, siendo la portada lateral, centrada por un vano rematado en medio punto al que flanquean dos pilastras almohadilladas de orden jónico, obra de Torcuato Benjumeda. La torre se eleva en el ángulo de confluencia de las dos fachadas y fue realizada por Torcuato Cayón en 1768. Consta de un solo cuerpo cuyos vanos, rematados en medio punto, se flanquean por columnas adosadas de capitel jónico, coronando el conjunto un chapitel de perfil bulboso decorado con guirnaldas. El retablo mayor es obra barroca fechada en 1688 y puede relacionarse con la producción de Juan González de Herrera. Está realizado en madera dorada y presenta reformas neoclásicas en la calle central, debidas a Torcuato Benjumeda (1791). Se articula mediante columnas salomónicas y está presidido por la imagen dieciochesca, de candelero, de la Virgen del Buen Suceso, a cuyos lados se disponen las tallas policromadas de San Rafael y San Carlos Borromeo; ocupa el ático San Juan de Dios, flanqueado por San Miguel y el Santo Ángel de la Guarda, esculturas barrocas contemporáneas del retablo, excepto las dos últimas, que fueron realizadas en el año 1791. La primera capilla del lado del evangelio alberga la talla del crucificado de la Misericordia, obra de autor genovés fechable a mediados del siglo XVIII. Bajo esta se dispone un sagrario con puerta de plata, decorada con motivos rococó, y un retablo del mismo estilo, en madera dorada, presidido por un lienzo de la Virgen del Pópulo, que contiene también otras pinturas de la época. El testero del crucero lo ocupa un retablo academicista, realizado a finales del siglo XVIII en mármoles de colores por Torcuato Benjumeda, con la imagen de San Rafael, excelente talla policromada dieciochesca que realizó en 1726 el escultor Antón María Marragliano. Originalmente esta imagen presidió una capilla abierta en el patio, que pertenecía a Angelo María Necco. A continuación hay un retablo de mármoles italianos, que perteneció a la cofradía de San Lázaro, de cocheros y lacayos, realizado en Génova a finales del siglo XVII. En él se encuentra la imagen de candelero de la Virgen del Carmen y a sus lados las tallas barrocas de San Juan Nepomuceno y San Juan Bautista.
   En el muro de los pies de la nave hay un retablo dieciochesco, en madera dora, con un lienzo que representa las ánimas del Callao, ocupando el lado de la epístola otro retablo de las mismas características con la imagen de la Virgen de los Dolores, talla de candelero realizada en el siglo XVIII y atribuida al escultor italiano Pedro Campana. Haciendo ángulo con el anterior hay un retablo rococó de madera dorada, ocupado por la talla policromada de San Miguel, obra genovesa contemporánea del retablo. Los dos retablos del lado opuesto son de fines del siglo XVII y ambos están realizados en madera dorada. El dedicado a San Pedro, preside la capilla propia del cabildo municipal. Fue tallado en el año 1692 por Francisco Bartolomé de Medina, y dorado por Tomás Vadillo, situándose en él las imágenes en madera policromada de San Pedro, que talló y policromó José de Arenas en 1779, San Servando y San Germán. En el segundo retablo, cuya estructura se relaciona con el anterior, se encuentra una talla de Cristo atado a la columna, de la primera mitad del siglo XVII, atribuida a Francisco de Villegas, con columna de plata fechada en el año 1682.
   En el crucero se sitúan dos retablos gemelos realizados en mármoles de colores, según diseño academicista de Torcuato Benjumeda de fines del siglo XVIII, que contienen las tallas policromadas de San José, obra genovesa del mismo siglo, y San Juan de Dios, imagen de candelero de Francisco de Villegas; este último viste hábito con bordados del siglo XVIII.
   El púlpito, situado también en este ámbito, es obra academicista realizada en mármol y las pechinas se decoran con rocallas de madera dorada.
Dependencias de la Hermandad de la Santa Caridad. La sala de cabildos está presidida por un lienzo de la Virgen de la Misericordia amparando bajo su manto a los cofrades, obra firmada por Pedro Bautista en 1606 que presidió el antiguo templo.
   Asimismo la hermandad que guarda un rico ajuar litúrgico en el que destaca un terno blanco con bordados en oro y sedas de finales del siglo XVIII, dos bustos relicarios en plata que representan a San Dionisio y San Blas fechados, en 1787, y un ostensorio de plata, excelente pieza dieciochesca decorada con pedrería.
Textos de:
ARJONA, Rafael. Guía total: Andalucía. Anaya Touring. Madrid, 2005.
ARJONA, Rafael y WALS, Lola. Guía Total: Cádiz, Costa de la Luz. Anaya Touring. Madrid, 2008.
ALONSO DE LA SIERRA, Lorenzo; ALONSO DE LA SIERRA, Juan; POMAR RODIL, Pablo y  MARISCAL, Miguel Ángel. Guía artística de Cádiz y su provincia [I]. Diputación de Cádiz y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005.

Enlace a la Entrada anterior de Cádiz*:

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